Cuento de navidad - el pequeño Bacalao

Lucas vivía en una casita muy cerca de la playa y, cada día, se acercaba a bucear con sus padres, y fue gracias a eso, que Lucas poco a poco empezó a descubrir las maravillas del fondo del mar desde muy pequeño. desde pequeñito sabía todas las especies de peces que nadaban por esa zona.

Él creía escuchar a los peces, pero cada vez que lo comentaba, los adultos le decían que era imposible.

Durante sus días buceando, Lucas siempre veía un bonito bacalao entre unas rocas, pero el pez no se daba cuanta de que él estaba ahí.

Un día, el pez vio a Lucas y cambió de color rápidamente y se fue a esconder rápidamente.

— No temas pececito, — le dijo, jamás te haría daño.

Y el bacalao. que estaba negro se asomó volviéndose más claro.

— ¿Sabes? — dijo, los mayores dicen que los peces no habláis pero, yo creo que sí.

Y el bacalao más tranquilo, cambio de color enseguida poniéndose azul.

— ¿Tienes miedo de los hombres?  — preguntó.

Y el pez se volvió de nuevo oscuro.

— ¿Me tienes miedo?

Y el pez le contestó volviéndose azul de nuevo.

Lucas se puso muy contento, había hecho un nuevo amigo y además, confirmó. que no era verdad lo que decían los adultos.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó otra vez.

Y el pez no reaccionó así que Lucas decidió llamarlo Azul.

—¡ Azul, eres un bacalao muy bonito!  — exclamó el niño.

Lucas trató de entender al resto de peces pero nunca pudo, por lo que entendió que el único pez que hablaba a través de. colores era su. amigo Azul.

Jugaron horas y horas, y así todos los días, y el bacalao y Lucas fueron muy muy amigos. Un día, lucas decidió que era mayor y se despidió de Azul prometiéndole volver cuando tuviese hijos. Y, pensando que los mayores no siempre llevan la razón se fue contento con su familia.